Las Personas son Complejas y Creativas –
todo un reto para las personas que trabajan con ellas
Desde luego, ha habido muchos intentos de hacer más sencilla la tarea. Se ha intentado con «perfiles» y categorías, con tipos y clasificaciones, con procedimientos y técnicas y – últimamente y cada vez más – con algoritmos e IA. Estas herramientas prometen sencillez pero, al final, lo que dan suele resultar demasiado abstracto o general. Encaja con poblaciones, grupos o tendencias pero no acaba de encajar nunca con la situación o persona específica. El ser humano que tienes delante es mucho más que cualquier descripción categórica o perfil que se pueda hacer de el o ella.
A menudo aparecen soluciones tipo «bala mágica» y «habas milagrosas». Y muchas personas y organizaciones intentan realizar acciones basadas en ellas con resultados a menudo decepcionantes.
Y entonces puede surgir un sentido de frustración o, en muchas casos, una paulatina apatía y la aparición de etiquetas que aparentemente explican el fallo: hay personas «tóxicas», gente «intransigente», jefes «autoritarios», clientes «que no están preparados» y una larga lista de maneras de describir lo que, al fin de cuentas, son relaciones fallidas y falta de comprensión. O, quizá más bien, habilidades incompletas.
Algunas personas se resignan. Pero no hay necesidad de que sea así. Parte del problema es que se intenta cubrir con «herramientas» lo que son huecos en las habilidades necesarias para tratar con personas como lo que son – personas individuales y únicas.
Por haber, por supuesto que existe formación, y mucha que pretende cubrir este hueco. La ofrecen las universidades, escuelas de negocios, MOOCs, cursos y talleres on-line, off-line y blended: pero lo que suelen ofrecer no es formación realmente en cómo trabajar con personas. Suele ser formación, más bien, en cómo categorizar a las personas, en como tratarlas como «casos», como «sujetos», como «perfiles», como «recursos», como «categorías», como «colectivos», como «operadores», como «prospectos», como «clientes», como «problemas» y por supuesto como «enfermos».
Pero, curiosamente, no como personas y menos todavía como persona únicas. Casi todos los intentos de abordar el tema de trabajar con personas se desbordan ante la particularidad, lo individual. Y esto es, sencillamente, un enorme hueco que existe en la formación a pesar de todos lo cursos y másteres en habilidades directivas, inteligencia emocional, liderazgo o coaching que hay.
Hay una cuestión básica que subyace esto: las personas son más que cualquier descripción o categorización que podamos hacer de ellas. Esto es el caso si se trata de una descripción médica, biológica, psicológica, neurocientífica, sociológica, filosófica, política, económica o religiosa. Cualquier persona individual es más que eso, más que ninguna descripción que pueda hacerse de ella. Cualquier persona, realmente, es única. Además, no es única de una manera general, abstracta o romántica. Es única de formas muy concretas específicas e importantes. Y si pretendes conseguir la óptima aportación de las personas esto es algo que no puedes permitirte el lujo de ignorar.
Y el problema es que en la formación tradicional no se enseña a tratar con eso. Su cometido es, principalmente, enseñar a hacer todo tipo de cosa con las personas – menos entenderlas en su particularidad y trabajar directamente con ellas.
Esto era antes. Ahora el DBM ® ofrece una metodología científica para poder tratar con las personas como lo que son – únicas y de forma eficaz – de forma que funciona.
En eso es único y muy eficaz. Ofrece un conjunto de modelos (ahora más de 1.000) distinciones y habilidades para poder ayudar a que las cosas funcionen mejor a partir de entender como, de hecho, funcionan (más allá de las teorías). Y es que si quieres ayudar a que las cosas funcionen mejor es bastante buena idea empezar comprendiendo cómo funcionan de entrada.
¿No es mucho pedir? – quizá si, pero es posible. Hay una manera. Es muy diferente y muy eficaz.